SUSTITUIR LA CARNE ROJA POR SARDINAS ALARGA LA VIDA

La dieta es un factor fundamental para conseguir vivir más años y con más salud. Es un hecho que ya han podido confirmar numerosos estudios. Los médicos insisten en la necesidad de que dediquemos tiempo a cuidar nuestros menús.

La manera en la que tenemos que organizar esta alimentación es bien conocida: alimentos frescos y variados, con predominio de frutas y verduras, mayor consumo de cereales integrales y menos azúcar. Sobre esta base, luego cada uno puede organizarse los platos según sus preferencias. Otro de los consejos que nos repiten es que reduzcamos el consumo de carne roja, pues, en general, tomamos en exceso.

Ahora un nuevo estudio ha dado cifras para que seamos más conscientes de lo beneficioso que sería sustituir la carne roja y además nos indican los sustitutos que pueden tener el secreto de la longevidad.

Cuál es la carne de la longevidad

El estudio ha comprobado que si sustituimos la carne roja por sardinas el número de muertes anuales disminuiría en una cifra entre 500.000 y 750.000 personas. Los investigadores también han señalado que las cifras de enfermedades crónicas, como la diabetes, también se verían reducidas de modo significativo.

El estudio, que ha publicado la prestigiosa British Medical Journal, señala que el consumo excesivo de carne roja está relacionado con el 70% de las muertes por enfermedad en el mundo. Infartos, insuficiencia cardiaca, diabetes y cáncer de colon son las principales.

La investigación destaca los efecto positivos que supondría sustituirla por las sardinas, y lo amplía a otros tipos de pescados, todos los que se engloban en el grupo de peces forrajeros. Entre estos, además de la sardina, hay otras varias especies de pescado pequeño como el arenque, la caballa o la anchoa, por ejemplo.

Confirma otros estudios que han demostrado que un consumo continuado de carne roja favorece el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, las dos patologías que producen mayor mortalidad”, ha opinado el profesor Jesús García-Gavilán, investigador de la Universidad Rovira i Virgili.

Por qué es tan beneficiosa la sardina

El estudio es una llamada de atención hacia unos hábitos que parecen destinados a perjudicarnos en lugar de incentivar normas saludables para nosotros y el planeta. “La sardina y los otros pescados forrajeros son muy nutritivos, no dañan el medio ambiente y son muy económicos”, insistía el investigador japonés Shujuan Xia, director del estudio.

Las sardinas son muy ricas en diversos nutrientes:

  • Los ácidos grasos el omega-3, que han demostrado científicamente ser muy importantes en la protección de nuestras arterias y la prevención de enfermedades cardiovasculares.
  • También destaca por su poder antioxidante, gracias a la vitamina C, los polifenoles y el ácido fólico. Estos ingredientes antioxidantes lo que hacen es proteger la célula de los radicales libres, las moléculas que aceleran su envejecimiento. Por tanto son una de las claves de la longevidad.
  • Este pescado también tiene unos aportes altos de calcio y de otras vitaminas, entre ellas la B12 y B6, que fortalecen los huesos, la piel y nuestras defensas.
  • Contiene fósforo, magnesio y hierro, potasio y yodo, todos ellos minerales necesarios y beneficiosos para diversas funciones corporales.

En resumen, se trata de un superalimento que aporta una combinación increíble de nutrientes esenciales y al que tendríamos que hacer más caso.

Razones para comprar ya sardinas

Pese a todos estos potenciales beneficios, el consumo de este tipo de pescado se topa con barreras, como la falta de cultura gastronómica”, explicaba Shujuan Xia.

El profesor García-Gavilán coincide. “La mayor parte del mercado de los peces forrajeros se destina a la alimentación de otras especies animales, obviándose que un consumo humano directo supondría, no solo una mejora a nivel de salud pública, sino que afectaría positivamente sobre algunos de los actuales problemas de sobreexplotación y cambio climático”, ha dicho en declaraciones a la agencia SMC.

En España no es nada complicado consumir sardinas. Las encontramos en el mercado de diferentes maneras, incluyendo frescas, enlatadas y congeladas, todas a muy buen precio.

Y las maneras más sabrosas de prepararlas es al horno, a la plancha o a la parrilla. Es cierto que dejan un olor fuerte, pero se va sin problemas con la campana extractora.

Si lo prefieres, recuerda que las sardinas enlatadas son muy populares en nuestra gastronomía. Las tienes en aceite o con salsa. La recomendación es que las compres en aceite de oliva, que es la manera más saludable.

Las formas de cocinar con ellas

Los investigadores japoneses, al hacer el estudio a nivel global, se quejaban de la falta de costumbre del consumo de sardinas. Y es cierto que hay muchos países que en donde apenas las comen.

En nuestra gastronomía afortunadamente sí se han utilizado en numerosas recetas y preparaciones. Aprovechémoslas

Las sardinas enlatadas las puedes incluir en ensaladas, ensaladilla rusa, platos de pasta o consumir directamente. También puedes incluirlas como ingrediente dentro de una empanada.

Para preparar sardinas frescas, pide en el mercado que te las limpien y quiten la cabeza, cola y escamas. Ya las tendrás a punto. Basta sazonarlas con pimienta y hierbas aromáticas, como el tomillo y el orégano. Son riquísimas.

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